Inmigrantes ilegales llevan un mes tratando de robar barcos en el puerto deportivo de Ceuta
Los propietarios de embarcaciones de recreo se han convertido en objetivo de quienes tratan de llevarse sus barcos incluso a punta de navaja.
Un barco ha sido recuperado camino de las Península con una veintena de personas a bordo.
Era cuestión de tiempo que los miles de inmigrantes ilegales que han quedado atrapados en la ciudad autónoma tras el asalto masivo a la valla fronteriza se fijaran en las instalaciones del puerto deportivo de Ceuta. Desde hace varios días los usuarios han denunciado intentos de robo de barcos. Al menos en un caso se han conseguido llevar uno propiedad de una empresa de chárter que fue localizado gracias al GPS con más de 20 personas a bordo camino de la Península.
Hace una semana, aproximadamente, comenzaron los problemas en el puerto deportivo de Ceuta. El fin de semana del 20 de junio varios propietarios de lanchas neumáticas se encontraban a bordo de sus embarcaciones arribando a puerto, dispuestos a zarpar o simplemente realizando labores de mantenimiento. Todo se desarrollaba con total normalidad hasta que un grupo de personas comenzaron a increparles. Se trataba de un grupo de personas de aspecto árabe que en un momento pasaron de las palabras a los hechos y, navaja en mano, pretendieron que los patrones dejaran sus lanchas con las llaves en el contacto para poder salir con ellas del puerto inmediatamente.
Afortunadamente, el personal del puerto y otros usuarios pudieron alertar a la Policía, que llegó en cuestión de minutos. El grupo, formado por media docena de personas, huyó del lugar, pero la Policía pudo detener a dos de ellos y a otro más que se lanzó al agua del puerto y fue rescatado por la Guardia civil y entregado a la Policía. Sólo era el primero de muchos episodios que se han producido en los últimos días en el puerto deportivo de Ceuta y por los que sus usuarios se han quejado por una evidente falta de seguridad.
Los inmigrantes ilegales no controlados por la Policía que quedaron en las calles de Ceuta tras el asalto masivo a la valla están literalmente metidos en un callejón sin salida. No quieren regresar a Marruecos y por eso mismo no se atreven a solicitar asilo. No quieren pedir ayuda a las ONG porque eso sería ponerse a la vista de los policías que los buscan por las calles de la ciudad.
Han intentado embarcar en el ferry rumbo a la península con documentación legal de otras personas y han intentado colarse en los bajos de los camiones y dentro de contenedores jugándose la vida. Lo han intentado todo y el paso de las semanas los ha llevado hasta el puerto deportivo para tratar de robar barcos particulares a punta de navaja. En los últimos días han llegado a producirse amenazas incluso a pescadores con la intención de robarles también a ellos sus embarcaciones. Cualquier medio para cruzar el Estrecho de Gibraltar es válido para estas personas y a fuerza de intentarlo día sí y día también al final lo han conseguido.
Sucedió el pasado día 26 de junio. El propietario de una empresa de embarcaciones de recreo se pasaba por el puerto de Ceuta para revisar su pequeña flota y ver que todo estaba en orden cuando descubrió que le faltaba un barco. Y menos mal que el empresario pasó por el puerto porque eso le permitió alertar de manera inmediata a la Guardia Civil.
Localizado por el GPS
Los agentes recurrieron al sistema de localización que la empresa coloca en sus embarcaciones para poder triangular su posición en el mar. La embarcación se encontraba pegada al costado de un barco mercante para pasar desapercibida y en su interior había una veintena de inmigrantes ilegales dispuestos a atravesar el Estrecho para llegar a la Península.
Desde la empresa se cargan las tintas contra la seguridad del puerto porque aseguran que durante todo el mes se ve el interés de los inmigrantes llegados desde Marruecos por hacerse con embarcaciones para poder cruzar el Estrecho, ya que es la única opción que les queda tras el ahogamiento policial al que están sometidos.
Tras la recuperación de la embarcación este empresario pudo comprobar cómo en unas pocas horas en su poder el navío se encontraba lleno de vómitos, con algunos desperfectos y los motores inutilizados.
Ya ha pasado casi un mes y medio desde el salto masivo de la valla que separa Ceuta de Marruecos. Prolongar la situación en la ciudad autónoma y no desalojar a las personas que han llegado a la ciudad de manera ilegal no hará más que incrementar primero la sensación de inseguridad de los ceutíes y, sobre todo, de aquéllos que como los usuarios del puerto tengan en su poder un medio que los inmigrantes ilegales puedan utilizar para salir de la ciudad.
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